El rotundo éxito de Carmina Burana en el incomparable marco del Monasterio de Uclés en Cuenca hizo que más de 1000 personas se concentraran para asistir al espectáculo
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Un amplio plantel de autoridades y personalidades, encabezadas por el ministro de Justicia, acompañaron al promotor en el evento.
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El montaje ideado por David Pérez y Luis Carlos Ortiz consiguió sumergir a los asistentes en un espectáculo ultrasensorial y cosechó críticas inmejorables por parte del público.
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Primeras voces del panorama operístico nacional se dieron cita en Uclés para un acontecimiento único.
Un éxito absoluto. Así ha sido la representación de una nueva versión de Carmina Burana que tenía lugar este sábado, 23 de septiembre, en el Monasterio de Uclés (Cuenca), y que congregaba a más de 1.000 personas en una noche realmente mágica y para el recuerdo. El Monasterio colgó el cartel de “aforo completo” desde una semana antes de la cita y más de 40 periodistas, venidos de todos los puntos del país, cubrieron el evento.
El acontecimiento era único y nadie quiso perdérselo. Así, acompañaron al promotor, Fernando Núñez Rebolo, en este homenaje y recuerdo a sus padres – Fernando Núñez y Concepción Rebolo – y a los padres de toda una generación, el ministro de Justicia, Rafael Catalá; la subdelegada del Gobierno en Cuenca, Lidón Lozano; el presidente de la Diputación Provincial, Benjamín Prieto; el alcalde de Uclés, José Luis Serrano; los alcaldes de Tarancón, Saelices, Villarrubio, Almendros, Paredes de Melo, Campos del Paraíso, Rozalén del Monte, Tribaldos y Huelves; la directora del Parque Arqueológico de Segóbriga, Rosario Cebrián; la gerente de la D. O. Uclés, Lola Núñez; así como concejales del Ayuntamiento de Uclés y otras personalidades de la vida social y cultural del municipio.
A su llegada a Uclés, tanto el ministro como el presidente de Diputación y la subdelegada del Gobierno se mostraron encantados de presenciar un espectáculo de magnitud y originalidad desconocidas en Uclés, así como del impulso cultural y turístico que el mismo ha supuesto para el municipio conquense. El promotor, Fernando Núñez, por su parte, ejerció como maestro de ceremonias en una cita de homenaje que logró conmover a los presentes por su sinceridad y calidad.
Un espectáculo musical de primer orden
Música, textos, imágenes y luces sumergían a los asistentes en una Rueda de la Fortuna cromática que les llevó a un viaje cíclico por la vida y el amor, para terminar donde empezaron y reiniciar de nuevo. La escenografía, de este modo, se fue desarrollando a base de capas, lo que constituyó una manera innovadora y original de concebirla.
Cuatro fueron los conceptos fundamentales que transmitió a los presentes esta revisión de la versión íntima de los Carmina Burana escrita por Carl Orff: la luz, los signos medievales, la poesía visual y la palabra digital, todos ellos conjugados de manera magistral con la rompedora escenografía.
El planteamiento presentado por David Pérez y Luis Carlos Ortiz se vio desarrollado por un equipo bien coordinado y de primera línea, que fue haciendo crecer la obra desde el inicio y mostrando a los presentes por qué fue buena idea acompañarles en la noche del sábado. Con una marcada interpretación poética de la obra, el equipo supo interpretar a la perfección esa visión profundamente didáctica de la misma, visión que se apoyó en todo momento en un fuerte componente visual.
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