¿Quién no ha oído alguna vez la frase “ hacer las Américas?. Creo que todos. Pero, ¿sabemos qué encierra realmente esta expresión, qué supuso, cuál fue su trascendencia y, más importante aún, cómo afectó a nuestro país?.
Muchos españoles aún recuerdan un vecino, un amigo e incluso un pariente que se fue a Cuba, México, Argentina, Puerto Rico, Filipinas,… La Cataluña indiana es tan solo una más de las colonias indianas españolas
La historia de los indianos
Es la historia de un movimiento migratorio español que desde mediados del siglo XIX y hasta mediados el siglo XX tiene como destino el otro lado del Atlántico. Aquella aventura, como casi todas, tuvo una éxito desigual para los distintos aventureros: muchos no regresaron, y se establecieron definitivamente en suelo americano; otros volvieron igual de pobres que cuando se embarcaron, popularmente se decía “ que perdieron la maleta en el Estrecho o los maleta al agua” ; y están, los menos, que retornaron con capital suficiente para hacer realidad el sueño que les llevó a partir: volver rico y hacendado, “luciendo una leontina de oro en el bolsillo del chaleco, conduciendo el coche más grande que hubiera, camino de la quinta que mandó levantar ”. Este último es el que “ hizo las Américas”.
Cataluña, Cantabria, Asturias, Galicia, Canarias y Portugal fueron las tierras que, fundamentalmente, vieron partir a estos “indianos” que luego, muchos años después, ellos o sus hijos, retornarían ricos, y se convertirían en muchos casos en grandes mecenas y filántropos.
Estos indianos, que no olvidaron sus raíces, a los que el trabajo y el exilio les cultivó la nostalgia y en muchos casos el altruismo, transformarían pequeños núcleos rurales, sus pueblos, en villas modernas de llamativa arquitectura colorista y exótica y también de una destacada calidad en su construcción. Invirtieron parte de sus ganancias en todo tipo de equipamientos para sus pueblos, pagando la traída de aguas, la construcción de escuelas, caminos y carreteras, hospitales, asilos, centros de salud, balnearios, etc. Nace así una arquitectura cosmopolita, integrada entre casas y jardines tradicionales y que simboliza el triunfo, el éxito, en el que no faltan elementos como las palmeras, los magnolios, las camelias, las buganvillas que tras una imponente verja de hierro da paso a una mansión o palacete más propio de otros escenarios.
Curiosa la historia, pues al otro lado del Atlántico, en Cuba, Argentina y Chile, también podemos encontrar palacetes o casas de estilo indiano construidas por emigrantes españoles que nunca retornaron a su tierra y que se integraron a la perfección con la arquitectura colonial de cuño español. Es ese estilo que podríamos llamar de ida y vuelta y que es tan perceptible en muchísimas localidades iberoamericanas.
El indiano catalán
El catalán emigró fundamentalmente a Cuba, Filipinas y Puerto Rico. En la comarca del Garraf, entre el sur de Barcelona y el norte de Tarragona, está la comarca indiana por excelencia de esta Comunidad Autónoma.
Localidades como Canyelles, Cubelles, Olivella, San Pere de Ribes, Sitges y Vilanova i la Geltrú son tan solo algunas de las “etapas” de una, podríamos llamar, Ruta Indiana Catalana, aunque no las únicas.
En Arenys de Mar, Begur, Blanes, Calonge-San Antoni, el Districte San Andreu de Barcelona, Lloret de Mar, Palafrugell y principalmente en Torredembarra está presente también esa huella indiana que no sólo fue visible en un tipo de arquitectura sino que impulsó también la economía catalana del siglo XIX, la industrialización, el comercio, la agricultura, los medios de transporte, en definitiva la modernización de Cataluña con una más que notable influencia sobre la literatura, la música e incluso la gastronomía.
Los indianos y la cultura
Muchos indianos fueron mecenas de escritores como Mossèn Cinto Verdaguer o Espriú y artistas como Gaudí, Llimona, Marès y Casas. La composición musical “ la habanera”, que evoca la aventura americana de estos indianos, tiene su origen en este singular movimiento migratorio. El pato, el pavo, el cacao e incluso la tradicional sobremesa con café, copa y puro fueron incorporados a nuestras dietas y costumbres gracias a estos aventureros que se quedaron con lo mejor de cada mundo.
Incluso el modernismo catalán, tan presente en hospitales, conventos, teatros, fábricas, iglesias, residencias particulares y casas de veraneo, y que tan vinculado a la burguesía catalana está, no es ajeno a los indianos pues esa burguesía en una buena parte estaba formada por muchos de los indianos retornados.
Sitges
El Caribe barcelonés y cuna de Facundo Bacardí, indiano que elaboró el elixir caribeño por excelencia, el Ron, “La Casa Bacardí”, en el Marcat Vell, en pleno casco antiguo, nos da la bienvenida y nos introduce en ese mundo de trabajo duro, visión comercial y éxito que acompañó a este personaje que supo hacer, sin duda alguna, las Américas.
En el centro de Sitges, la calle Isla de Cuba con sus palacetes y casas modernistas de cuño indiano y espectaculares jardines con abundante vegetación tropical de distintas especies, sintetizan desde el subjetivismo de su propietario lo mejor de cada mundo.
Alrededor de 60, entre casas y palacetes, salpican los distintos barrios de Sitges. Es una delicia pasear e ir descubriéndolos. Cada uno es distinto pero hay elementos comunes.
Cuesta destacar alguno, pues de cada uno algo llama nuestra atención. Las “Casas” de Pere Carreras, de Rafael Planes, de Manel Planes, la Casa del Reloj o Villa Avelina tal vez sean las más destacadas.
No debes abandonar Sitges sin ver sus bellas playas, recorrer su Paseo Marítimo aunque sea en el tren turístico, conocer su puerto y visitar el Museo Cau Ferrat de Santiago Rusiñol.
Sant Pere de Ribes
Desde mediados del siglo XIX unos 400 habitantes fueron tras el sueño americano. Los más afortunados que retornaron se convirtieron en mecenas de una auténtica revolución urbanística y cultural que confieren a esta localidad un poso indiano absolutamente perceptible a simple vista. Ya su Oficina de Turismo, antigua Masía de Can Puig, en el Carrer Major, es una buena muestra. Siguiendo esta calle, distintas casas indianas como Can Punxes , de estilo modernista sobrio, son un ejemplo. En la misma Plaza de la Villa, el reloj de la Torre fue financiado por indianos.
En la carretera comarcal que une Sant Pere de Ribes con Olivella, en pleno parque del Garraf, se levanta el PALACIO NOVELLA, una construcción a modo de colonia agrícola que por 1892 mandó construir el indiano Pere Domènech i Grau y que tras 6 años en su patrimonio perdió como consecuencia de la ruina que le produjo una plaga de filoxera. La propiedad, tras pasar diversas vicisitudes históricas y por sucesivas manos, es actualmente una curiosa comunidad budista desde 1996 (Sakya Tashi Ling) que puede ser visitada e incluso es posible alojarse en ella.
Es curiosa la mezcla de elementos modernistas y neogóticos originales con los propios de la religión budista. Lo que más despista es su capilla cristiana, también original indiana, con no pocos complementos genuinos del Budismo.
Villanueva i la Geltrú
Es también conocida como ” La Habana Chica”. La huella indiana es más visible en el centro de la localidad y en su rambla principal. Can Patissa, la Casa Cabanyes y Foment Vilanon son un claro ejemplo.
Su época dorada coincide con el Romanticismo y os recomendamos visitéis el Museu Romántic de Can Papiol y el Museu Victor Balaguer.
Entre los indianos villanovenses más ilustres destaca Josep Tomas Ventosa i Soler cuya escultura está ubicada en la plaza de la Vila y que tiene su réplica en Matanzas, Cuba, donde hizo fortuna e incluso llegó a ser alcalde.
Cubelles
Cuna del payaso mundialmente conocido Charlie Rivel ( Josep Andreu Lasserre para sus vecinos). Todo un desfile de casas eclécticas, modernistas y neoclásicas salpican la localidad y pese a todo confieren una singular armonía al conjunto. Destacamos el edificio de la Aliança que en 1914 mandó construir el indiano Pere Escardó. También Can Travé llamó nuestra atención; su fachada neoclásica y sus numerosos elementos escultóricos, su biblioteca así como el exotismo de su bello jardín, bien merecen una parada.
Torredembarra
Se encuentra fuera ya de la Comarca del Garraf, fue una parada extra que nos encantó. En ella nació Joan Güell, uno de los indianos que más éxito alcanzó, a la vez que más polémicas suscitó; pionero en la industrialización catalana y que dejó una huella imborrable tanto en Cuba como en Cataluña, sus herederos fueron los mecenas del gran Antoni Gaudí.
El influjo indiano es tal que, el segundo fin de semana de septiembre, tiene lugar la “Feria de los Indianos”, en ella las habaneras, el ron, los bailes de salsa y los vestidos caribeños toman las calles del casco antiguo.
Cuatro son las paradas obligadas en esta bella localidad:
- La Torre de la Vila
- El Patronato de Antoni Roig. Esta Fundación se encargó, en el pasado, de dar educación a los niños del pueblo y fondos-dote para casar a las doncellas más pobres del mismo.
- El Antiguo Hospital de La Caridad. El indiano Pere Badia colaboró en su financiación.
- La calle Antoni Roig. En ella las fachadas ostentosas de las casas indianas así como sus cuidadísimos jardines nos transportarán a otros tiempos.
Con todo lo expuesto quiero hacerles partícipes de mis conclusiones:
- Sin duda alguna el indiano fue un personaje muy influyente en las sociedades del siglo XIX, y digo sociedades pues tanta huella dejaron aquí los que retornaron como allí, en América, los que se quedaron. Cada uno aportó lo suyo al otro país y del conjunto entre lo aportado y lo propio nació lo que somos.
- Todo fenómeno migratorio abre siempre numerosas puertas, una de ellas es la posibilidad de un Turismo Genealógico o de Raíces que nos brinda la posibilidad de visitar los lugares donde nacieron nuestros antepasados y/o conocer a parientes lejanos que hoy están dispersos por el mundo.
- Hacer una Ruta como la Indiana es hacer un Turismo cultural-patrimonial que es una alternativa a ese Turismo de sol y playa, que está muy bien, pero que no es suficiente y al que todos pedimos que sea de calidad y no de cantidad a la vez que nos aporte algo, que nos enriquezca también por dentro.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
Lo más recomendable es el coche y salir desde Barcelona dirección Castelldefels , son 20 km.
Después cogeremos la autopista C-32, conocida como Pau Casals, que nos permite salvar el macizo del Garraf mediante túneles. Son unos 20 minutos y 6 euros el peaje.
Una alternativa apasionante es la C-31 de Castelldefels hasta Sitges. 86 curvas que discurren entre playas, acantilados y el Parque Natural del Garraf. Nos llevará una hora aproximadamente. Esta ruta es perfecta para ir en moto también.
DÓNDE ALOJARSE
Las opciones son muy numerosas y van desde hoteles a casas rurales, campings incluso casas y palacetes convertidos en alojamientos con encanto e incluso masías.
HOTEL PALOU en Sant Pere de Ribes
Carrer de Palou 15
HOTEL SUBUR en Sitges
Situado en el Pso. de la Ribera
CASA DE COLÒNIES CAN FOIX en Cubelles, Barcelona
En la Carretera B.V 2115, km 6,5
CAMPING LA RUEDA en Cubelles, Barcelona
Carretera C-31, km 146,2
DÓNDE COMER
LA COCINA. En Sitges. Cocina mediterránea.
Carrer de Saint Bonaventura 19
CASA DESU. Cocina a la brasa. Olivella
0,5 km del Monasterio Budista del Garraf. Carrer Mitjorn 14, Parque Natural del Garraf, Barcelona
Tlf. 616 62 00 82
CABURÉ. En Sant Pere de Ribes. Cocina mediterránea y europea.
6, Carrer del Racó
www.caburé.es
RESTAURANTE CAL PASTORET. Torredembarra, Tarragona.
Cocina catalana y a la brasa en casa rústica.
Ctra. De la Pobla de Montornès 1
www.restaurantecalpastoret.com