Hoy nuestros “Buenos días” son desde uno de los lugares más emblemáticos e históricos de la capital de Baviera, Múnich, desde la Cervecería Hofbräuhaus.
Datada en 1589, aunque no siempre ocupó el actual emplazamiento, era el lugar favorito del rey Guillermo V de Baviera para reunirse con nobles y cortesanos, una especie de epicentro de la cultura y política de su época. Otro rey, en este caso Luis I de Baviera, en 1828 abre la cervecería al público en general, convirtiéndose en uno de los lugares más frecuentados de la ciudad. El siglo XX le reporta su esencia más genuina: largas mesas de madera para compartir y el nacimiento de sus célebres tertulias con día y hora asignados donde “arreglar el mundo” y disfrutar de sus privilegios, que permiten a sus ya “socios” disponer de casilleros metálicos para guardar sus propias jarras y ser parte del ritual que conlleva.
Curiosidades no le faltan a este “templo de la cerveza”: en ella se proclamó en 1919 la efímera República Soviética de Baviera (hay quien dice que el propio Lenin era visitante asiduo); también fue el lugar elegido por Hitler para dar su primer discurso ya como líder del partido nazi en 1921.
Destruida por los bombardeos aliados en 1944 fue reconstruida en 1958, coincidiendo con el 800 aniversario de la fundación de la ciudad.
Hoy, con 616 socios y más de 2 años de lista de espera para serlo, puede servir un día normal hasta 10.000 litros de cerveza (la cerveza más consumida es la propia, “HB” en jarras de medio y un litro). Tres plantas con diversos ambientes, la magnífica decoración de sus bóvedas, sus interminables mesas compartidas en las que se hablan todos los idiomas del mundo, la interpretación en vivo de un extenso repertorio de música bávara, sus simpáticas camareras ataviadas con el traje regional portando en grandes bandejas los tradicionales “bretzels”, son sus mejores reclamos, así como una variada oferta gastronómica (variedad de salchichas, ensaladas frías de patata, codillo asado con chucrut, …)
