Buenos días desde Setúbal. En sí es un “un mundo por descubrir” por su historia, naturaleza y gastronomía.
El casco histórico de Setúbal
En el que cada calle, edificio, fachada, acera o balcón es un trozo de la memoria histórica de la ciudad en la que fenicios, romanos y un impresionante legado medieval roturan su piel. El Convento de Jesús, la Plaza de Bocage, el Largo de Santamaría, el Barrio del Troino, el Fuerte de San Felipe, el Mercado de Livramento y su zona ribereña, así como el Museo del Trabajo Michel Giacometti, salen a nuestro paso para descubrir su pasado.
La Arrabida y sus playas
en la confluencia del río Sado con el océano Atlántico, un estuario que es uno de los humedales más grandes de Portugal; un Parque Natural con vistas deslumbrantes a una de las sierras más bonitas del país luso, con carreteras panorámicas y miradores hipnóticos; playas de azul cristalino y arena fina (Figuerinha, Galapos y Galaphinos). Paraíso para los que buscan aventuras con una oferta para todos (escalada, vuelo libre, observación de delfines mulares, espeleología, rutas a pie, observación de aves, piragüismo, surf de remo, vela, buceo, … )
El Molino de las Mareas del río Sado
Reserva Natural del estuario del Sado es un imprescindible al atardecer que pone en valor la inmensidad de la naturaleza en este paraje.
El Azeitao
Con sus fincas, palacios y fuentes fue el lugar elegido por la nobleza desde el siglo XV como lugar de residencia. También talleres artesanales, experiencias enoturísticas (importantes bodegas) y una excelente gastronomía son sus reclamos.
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