Hoy os damos los buenos días desde Bilbao. Tu ría y tu casco viejo (las 7 calles) son tu esencia; tu apuesta cultural el plus que necesitabas para llamarte “guap@”.

La ría (la desembocadura de tus ríos Nervión e Ibaizábal) te vertebra; recorrerte es seguir tus puentes y descubrir Bilbao. Empezamos; el Puente de San Antón, el más viejo, y junto a él el Puente de la Ribera; entre ambos el Mercado de la Ribera, el mercado cubierto más grande de Europa.

El puente de la Merced, con 8 farolas de hierro y una leyenda. El Puente del Arenal, hoy de hormigón armado, es una consecuencia del ensanche de la ciudad más allá de tu casco viejo. Entre ellos, dos joyas de la ciudad, el Teatro Arriaga y la Estación de la Concordia.

 El puente del Ayuntamiento, el Punte de Zubizurio o de Calatrava.

Llegamos a tu icono, el Puente de la Salve, en él se integra el Museo Guggenheim, un barco (de titanio y Zinc) anclado en tu ría. Los más bellos edificios de la ciudad que vertebras se ven desde él.

El puente de Deusto, el Euskalduna; qué bonito homenaje a tu pasado industrial y portuario que tanta riqueza te dio pero que tanta belleza te robó. Hoy luces bella, limpia y moderna (Palacio de Congresos y de la Música, Euskalduna) sin olvidar tu pasado (la Grúa Carola). Aún te queda una isla por recuperar y sus edificios industriales de gran valor histórico-artístico, y lo harás como hasta ahora: muy bien.

En “tus 7 calles” comercios tradicionales artesanales (ultramarinos, paragüerías, sombrererías, turronerías, …) pero qué bien luces Bilbao.

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