Buenos días desde Bolonia, conocida como la “Ciudad Roja”, por el color de los tejados de los edificios de su casco antiguo; la “Ciudad Docta”, por ser la sede de la universidad más antigua de Europa (siglo XI); la “Ciudad Grasa”, por ser uno de los lugares de Italia donde mejor se come; la UNESCO, recientemente, ha reconocido sus 40 km de pórticos y soportales, los más largos del mundo, como Patrimonio de la Humanidad.
Es la necesidad de alojamientos universitarios la que inicialmente, de forma picaresca, determina el levantamiento de balcones sobre las calles, reconvertidos posteriormente en habitaciones a las que se añadirán, en un momento posterior y por razones obvias, columnas. Así nacen los pórticos de Bolonia, realizados en estilos y materiales acordes a la fecha de su ejecución (clásicos, modernos, de formas simples, de estética recargada, de madera, mampostería e incluso semipórticos, sin columnas), que salpican su casco histórico.
El camino porticado de Vía Saragozza, que conduce al Santuario de la Virgen de Luca, es el inicio del pórtico más largo del mundo, casi 4 km con más de 660 arcos.
Pronto se verían las virtudes extra de estos pórticos, como son: la protección del sol y de la lluvia así como la mejora considerable para las prácticas artesanales y comerciales de la ciudad.