Hace ya casi tres siglos del inicio del romance entre la isla y las plantaciones de café. Todo comenzó en 1728 cuando Nicholas Lawes, un antiguo gobernador del lugar, trajo las primeras seis plantas y comenzó a cultivarlas en un terreno cercano a Kingston, antes de trasladarse definitivamente a las tierras altas de la isla.

Hoy en día, Jamaica produce unos 2.5 millones de kilogramos de café al año, y el producto original de la Blue Mountain jamaicana sólo puede llevar ese nombre si se cultiva en un territorio limitado, entre 2.000 y 4.500 pies sobre el nivel del mar (más o menos entre 610 y 1370 metros).

Blue Mountains de Jamaica

El café Jamaican Blue Mountain es parte de la especie Arábica y pasa por unos cuidados exhaustivos hasta comercializarse. Tras once meses en un vivero y entre tres y cinco años replantado en terreno montañoso, los granos se recogen, entre septiembre y finales de enero, cuando están en plena explosión de color rojo cereza, lo que significa que han llegado al punto de maduración óptima. Posteriormente, se empapan y se dejan secar al sol. Al final, pasan diferentes procesos de control por la Junta de la Industria del Café de Jamaica en aspectos como el color o el tamaño antes de considerarse aprobados para comercializarse bajo esa denominación.

Lo que hace de este café algo único es una combinación de las circunstancias en las que se cultiva (altitud, cobertura forestal, pendiente, riqueza del terreno y clima húmedo) junto con el hecho de que es un café molido con un solo origen, sin la mezcla de la mayoría de los cafés.

Los amantes del café y los curiosos por investigar nuevas atracciones en Jamaica encontrarán entonces apasionante hacer una ruta en coche por la Blue Mountain para observar las plantaciones de café e incluso adentrarse en algunas de ellas. La ascensión es pintoresca y desde ella se puede observar el lado más verde de la isla.

Café Blue Mountain

Craighton Estate Coffee Plantation es una de las granjas abiertas al público. La propiedad incluye una residencia georgiana de más de 200 años muy bien conservada, que ofrece unas vistas espectaculares de las montañas, la niebla y la magia del entorno. La plantación es propiedad de la Ueshima Coffee Company (UCC) desde 1981 y la mayor parte del café que se cultiva aquí (y, por extensión, en la isla, hasta un 75%) vuela hasta Japón, el mercado que más café jamaicano de Blue Mountain importa (muy por encima de Europa y Estados Unidos). El gobierno japonés realizó en los años 70 y 80 grandes inversiones en las producciones de café japonesas y ahora es uno de los cafés demandados en los Starbucks nipones.

Otra de las plantaciones que se pueden visitar, con cita previa, es Old Tavern Coffee Estate, propiedad de Dorothy Twyman y su hijo, originaria de 1958. Además de la degustación del producto, es posible aprender sobre la producción de la planta y su crecimiento. La propiedad de los Twynman se mantiene respetuosa con el medio ambiente y utiliza un mínimo de pesticidas, además de reutilizar toda la materia orgánica y devolverla a la tierra.

Abierta en 1923, la Fábrica de Café de Mavis Bank es la mayor de su especie en la isla y produce el café Blue Mountain que se vende bajo la marca ‘Jablum’. Es posible aprender y realizar catas en ella, además de hacer visitas guiadas.

Lo que hace de este café algo sin igual es no sólo su beneficio para el cuerpo (antioxidantes, menos acidez y cafeína que el café Robusta), sino su sabor dulce, delicado y con mucho cuerpo.

Delicioso, como decía James Bond.

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