El otoño en Burgos despliega un manto dorado sobre los paisajes que rodean uno de los yacimientos arqueológicos más fascinantes de España: la Colonia Clunia Sulpicia. Más de 2.000 años de historia se entremezclan con aromas de sopa castellana con setas, vinos de la tierra y el inconfundible queso de Burgos en una experiencia que combina cultura y gastronomía como solo esta tierra sabe hacerlo.
Top 5 de Delicias Burgalesas con Sello Romano
1. Setas: El Toque Imperial en la Sopa Castellana
La sopa castellana, ese plato reconfortante diseñado para combatir los fríos otoñales, encuentra en el entorno de Clunia su versión más exclusiva. Los restaurantes de localidades como Peñalba de Castro han incorporado a esta receta tradicional las setas de cardo, senderuela y carrerilla que crecen de forma silvestre en estos parajes. Pero el potencial micológico de la zona va más allá: los revueltos con patata frita, huevo y sofrito de ajo se convierten en auténticos manjares que ya apreciaban los romanos. Para los amantes de la micología, octubre y noviembre son meses perfectos para visitar la zona y descubrir estas exquisiteces en su momento óptimo de consumo.
2. Vino: El Legado de Baco en la Ribera del Duero
A apenas 15 minutos de Clunia, Caleruega -declarado uno de los Pueblos Más Bonitos de España- guarda un secreto vinícola que conecta directamente con la tradición romana. Las cuevas-bodega horadadas en la roca a lo largo de los siglos son testigos del cultivo de la vid que las legiones imperiales extendieron por toda la península. La ruta del vino por el entorno cluniense incluye también Gumiel del Mercado, Baños de Valdearados y Peñaranda de Duero, donde los caldos de la Ribera del Duero alcanzan su máxima expresión. Muchas bodegas mantienen ese encanto tradicional y permiten al visitante maridar historia y enología en una experiencia sensorial única.
3. Queso de Burgos: El Sabor de la Tradición
Recientemente galardonado con la Indicación Geográfica Protegida (IGP), el queso de Burgos era ya en época romana un alimento básico en la dieta de las legiones. Los romanos perfeccionaron técnicas de elaboración que permitían conservar la leche durante más tiempo, y las condiciones climáticas de Burgos resultaban ideales para su maduración. Al visitar las domus de Clunia, pueden apreciarse los triclinium donde se celebraban los banquetes y, quizás, algún careale -espacio destinado a la elaboración del queso-. Hoy, degustar este producto fresco y delicado, acompañado de miel o nueces, supone conectar con una tradición milenaria.
4. Miel: El Oro Líquido de la Demanda
En la Sierra de la Demanda, Arauzo de Miel mantiene viva la tradición apícola que tanto valoraron los romanos. La miel era para ellos un edulcorante fundamental y un producto medicinal de primer orden. El apiturismo se ha convertido en una fascinante actividad complementaria a la visita de Clunia, permitiendo descubrir el fascinante mundo de las abejas y degustar diferentes variedades de miel. El contraste entre la dulzura de la miel y la salinidad del queso de Burgos crea una combinación que haría las delicias de cualquier patricio romano.
5. Lechazo: El Rey de la Gastronomía Burgalesa
El cordero lechal asado es, sin duda, el plato estrella de la provincia, y su tradición se remonta posiblemente a época romana. Se dice que los cocineros imperiales maceraban el cordero con miel y romero, creando una receta que ha evolucionado hasta el exquisito lechazo actual. En cualquier restaurante de la zona puede disfrutarse esta especialidad, perfectamente acompañada por los vinos de la Ribera del Duero. Después de explorar el yacimiento y recorrer los mismos caminos que transitó el emperador Galba, el lechazo se convierte en la recompensa perfecta a una jornada de descubrimientos históricos y gastronómicos.
Clunia Sulpicia: Donde la Historia Cobra Vida
El yacimiento de Clunia Sulpicia es mucho más que un conjunto arqueológico: es un viaje en el tiempo que transporta al visitante a una de las ciudades más importantes del norte de Hispania. Sus termas, el foro, las domus y especialmente su teatro -uno de los más grandes de la Península Ibérica- hablan de un esplendor que hoy revive a través de un completo programa cultural.
En 2024, más de 31.700 personas participaron en las actividades de CLVNIA Cultural, que incluye el Festival de Verano, el Festival Juvenil de Teatro Grecolatino, visitas arqueoteatralizadas y talleres arqueológicos. Este éxito convierte a Clunia en un referente cultural único en España, donde el pasado no se contempla, se vive.
Una Experiencia para Todos los Sentidos
Visitar Clunia en otoño es disfrutar de un triple espectáculo: el cultural, a través de sus impresionantes restos arqueológicos; el natural, con los paisajes dorados que rodean el Alto de Castro; y el gastronómico, con una ruta de sabores que conecta directamente con el pasado romano. Pequeños pueblos como Santo Domingo de Silos, Covarrubias o La Vid completan una experiencia que demuestra que la mejor manera de entender la historia es, sin duda, saboreándola.
Planifica Tu Visita
La escapada perfecta puede comenzar por la mañana con una visita guiada al yacimiento, continuar con un almuerzo en alguno de los restaurantes de la zona donde probar las especialidades locales, y terminar con un paseo por los viñedos o una cata de productos artesanales. El entorno de Clunia ofrece además numerosas opciones de alojamiento rural para convertir la visita en una escapada de varios días, permitiendo explorar con calma todos los secretos de este rincón único donde la historia y la gastronomía se dan la mano.







