Buenos días desde los campos de lavanda de Brihuega. A poco más de 100 km de Madrid (una hora y media si vas en coche) en la localidad guadalajareña de Brihuega, tiene lugar la floración, siempre en julio, de un arbusto aromático cuyas flores son de color lila-azulado con forma de espiga cuya esencia se utiliza para hacer perfumes. Efectivamente, estamos hablando de la LAVANDA.
Su cultivo comenzó hará unos 30 años cuando un agricultor de la zona viajó a La Provenza francesa y, sabiamente, pensó que su cultivo se daría bien en esta comarca.
Desde entonces hasta hoy se han plantado unas 1.000 hectáreas y se ha creado una planta para su tratamiento y producción de perfumes; es tal su éxito que en la actualidad se estima que en esta población y alrededores se extrae aproximadamente el 10% de la producción mundial de esencia de lavanda.
Dependiendo de la climatología del invierno y de la primavera, su floración y momento óptimo de color es julio, procediéndose a su siega entre finales de julio y principios de agosto.
Bellísimas postales de los campos de lavanda guadalajareños invaden las redes y la prensa, efímeros paisajes que deleitan los sentidos, ocasión perfecta para su visita, así como para participar en alguno de los eventos (talleres, conciertos, exposiciones, vuelos en globo o realizar una visita guiada por los infinitos campos de lavanda) que el Ayuntamiento de Brihuega y su Oficina de Turismo tienen a bien organizar.
El broche de oro es el Festival de la Lavanda (este año del 14-16 de julio), un concierto al aire libre en los mismos campos de lavanda, con las sillas colocadas en filas indias y en el que el público tiene “dress code”: vestimenta blanca.
Este año Víctor Manuel y Taburete serán los anfitriones.
Más información en: https://www.festivaldelalavanda.com/